Costa Paraíso

Con una práctica artística cuya prolífica producción abarca desde la realización de películas, textos, objetos e instalaciones, la obra de Moreno se centra en la naturaleza inconclusa de los acontecimientos, poniendo a prueba la idea de que nuestro presente no sólo adolece de su necesidad de inmediatez virtual, sino que también está acechado por la utopía del pasado. En otras palabras, ¿qué ocurre después del acontecimiento? ¿Puede el impacto de los proyectos utópicos del pasado, aunque fracasaran, seguir viéndose o sintiéndose en nuestro presente? Al involucrarse con narrativas distópicas, formas arquitectónicas progresistas y literatura especulativa como medio para reflexionar sobre esta misma historia (humana) y su futuro cada vez menos humano, las obras de Anna Moreno invitan al espectador a territorios inexplorados, entre la documentación de acciones y la creación de ficciones. En 2018, comenzó una investigación sobre Global Tools, un proyecto pedagógico pionero fundado en 1972 por varios estudios de arquitectura y profesionales individuales pertenecientes al llamado movimiento de "diseño radical italiano". Global Tools defendía la reinstauración del trabajo manual y el uso de tecnologías sencillas, situando el cuerpo como sede de la arquitectura, un núcleo de potencial político y creativo latente. Tras la experimentación vanguardista, estos episodios no sólo ampliaron los límites del diseño y la arquitectura más allá de la utilidad, sino que su intento de utopía también ha alimentado los imaginarios de futuros venideros, en algunos casos con más éxito que en otros. Lejos de un discurso que analiza estas historias de forma objetiva, en 2023, Moreno optó por profundizar en estos temas a través de una lente más poética y ficticia. Para COSTA PARAÍSO, la artista reconceptualiza el pueblo vacacional de Costa Paradiso, en Cerdeña (Italia), como un destino en el que se cruzan varias de sus fascinaciones. La isla hueca, como Moreno denomina a este espacio narrativo no lineal, es una plataforma para la exploración sonora, visual y conceptual. Cerdeña, habitada por el hombre desde el Paleolítico, ha sido escenario de batallas entre reinos europeos, lugar de vacaciones para los superricos, así como lugar de novedades y decadencias arquitectónicas. La Cúpula de Dante Bini, uno de los edificios presentes en la nueva obra de vídeo de Moreno, es una cúpula aparentemente olvidada realizada por encargo de Michelangelo Antonioni en 1969; un testimonio de la visión del arquitecto italiano de un nuevo modo de vida, alineado con el grandioso deseo del director de cine de refugiarse de la vida urbana. Construida íntegramente en hormigón armado, los muros de la Cúpula estaban formados por un gigantesco inflable que se elevaba del suelo mediante aire propulsado; una negociación radical de interior y exterior, hueco y sólido. Partiendo de una premisa similar, Moreno observa de cerca el paisaje natural de la costa sarda, tratando de entender, a través de la presencia corporal y el movimiento de sus intérpretes, cómo se podría habitar ese espacio; a veces un paraíso recortado, a veces una geografía encantada, con sus casas de vacaciones olvidadas y encerradas. En el conjunto de esculturas y grabados que componen esta exposición, recurre a un imaginario nostálgico mediterráneo por excelencia, que incorpora desde la cultura de club y los vídeos musicales de los años setenta hasta las pinturas arcádicas de olas rompiendo en las rocas. En lugar de referirse a cada una de estas categorías como entidades separadas, ha optado por hacerlas suyas, dando como resultado un sentido maximalista compartido de alegría que es a la vez contagioso e irresistible. Esta alegría se celebra en el vídeo que da nombre a la muestra, COSTA PARAÍSO, a través de colaboraciones con varios artistas (un rasgo característico de la práctica de Moreno). En el vídeo, vemos al dúo barcelonés Flamenco Queer como figuras casi alienígenas que exploran y ocupan la isla. Su proyecto musical subvierte la performance flamenca tradicional y rechaza el binarismo de género, abrazando junto a Moreno, un tipo de teatralidad queer que funciona como la hélice adecuada para la narrativa en espiral en la que se embarcan. El baile, presente en algunas de las obras anteriores de Moreno, se convierte en el vehículo con el que se nos invita a imaginar una isla con varias entradas, salidas y pasadizos secretos; entornos por los que pueden circular cuerpos, colores y motivos. Estas transiciones, entre tiempo y lugar, historias y geologías, parecen ser entonces el hueco al que se refiere Moreno. Moreno utiliza la danza como una forma de habitar el paisaje; una propuesta clave de su proyecto, y que se extiende al espectador como un discurso poético fragmentado. La danza en COSTA PARAÍSO, puede verse como el momento de ruptura del que surgen nuevas oportunidades, cuando lo imposible se hace posible, interrumpiendo el flujo de la historia lineal. Texto de Bernardo Zanotta