Articulaciones del Deseo, Vol. 2

C. DELPHINIUM DAYS

“...como se hace siempre. ¿Siempre.... Creo que sí... ¿O fuimos nosotros los primeros a quienes ocurría aquello?”

Agustín GÓMEZ ARCOS, El cordero carnívoro, 1975

Sabemos que el lenguaje configura el pensamiento y, por tanto, la forma en la que percibimos “lo real”. Tal vez por eso nos hemos preocupado en ocultar sus sentidos, en construir códigos que nos permitan crear otras realidades, o preservar territorios que, de otra forma, serían arrasados.

Uno de los métodos que, durante la época Victoriana, se empleó para encriptar la comunicación fue la floriografía. Las flores permitían enviar mensajes, aparentemente cifrados, que todos las hablantes de ese lenguaje podían descifrar. Todas las comunidades enunciadas anteriormente se han visto obligados a “hablar con la lengua del enemigo”, mientras construían códigos que les permitían existir en una realidad paralela a ese entorno de agresión. Palabras que posibilitaban la generación de comunidades.

“The term anti-language refers to forms of language that are used by people who are somehow apart from mainstream society, either residing on the edges of it, perhaps frowned on in some way, or hidden away or even criminalized, with attempts from the mainstream to expel or contain them.”

Paul BAKER, FABULOSA! The Story of Polari, Britain’s Secret Gay Language, 2019

Puede que ese vinculo con el lenguaje de las flores llevase a Vita Sackville-West a crear un jardín con flores blancas. Todo un texto que solo sus iniciadas podían leer, pero que sirvió a Derek Jarman para articular su capítulo sobre el blanco en Croma, 1993, en él, como en el resto de su producción artística, la referencias recorren la cultura popular y la tradición clásica, construyendo una mitología que no dejaba de trazar una genealogía, abriendo así la posibilidad de historias al margen de la historiografía. El mapa como un acto de amor.

“Te escribo solo para expresarte mi amor.”

Virginia WOOLF, Carta a Vita, 1928

El afecto desarrolla su propio lenguaje, términos y expresiones que intentan verbalizar lo indecible de un sentimiento. En muchas ocasiones elaboramos ese idioma a partir de lo aprendido, replicando el amor como un ejercicio, visto y repetido, en personas y vidas que no tienen nada que ver con las que debemos vivir. La ausencia de afectividades y relatos disidentes nos lleva en un primer lugar a replicar los heteronormativos pero, como un actor que no ha interiorizado su texto, en esa actuación siempre hay un quiebro, una grieta... vislumbramos el destello de algo que parece que nos interpela en un personaje o una imagen, intuimos que hay algo más ahí, pero cómo conocer el mensaje que nos lanza, como decodificar para hablar e inscribirnos en la historia.

“Six or eight thousand years ago They laid down the law”

B-52s, Mesopotamia, 1982

“Political correctness has unfortunately relegated ’gay history‘ to the recent and contemporary account of the gay emancipation movement. But to place this movement in its proper historical perspective we must revert to some of the principles of ’queer history’”

Rictor NORTON, Myth of the Modern Homosexual. Queer History and the Search for Cultural Unity, 1997

Historiografiar,huyendo de los mecanismos de poder y control impuestos por el propio relato de la historia, es ya un reto en sí mismo, pero ¿cómo hacemos aparecer la diversidad y el disenso que debería presentar una historiografía no normativa? En los últimos años este tipo de discursos se han incorporado a la academia, partiendo de una crítica a sus propios fundadores -Michel Foucault y David Halperin-, al identificar a la persona con su comportamiento sexual, lo que se ha llegado a considerar “brutalmente reduccionista” por parte de teóricos como Leo Bersani. En su colección de ensayos, Is the rectum a grave?, 2010, señala la misoginia y homofobia de muchos de esos planteamientos, advirtiendo que la radicalidad es mayor en los modos de relación que en los actos en si.